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julio 14, 2025
IA y robótica. Noticias

La revolución de ChatGPT en las escuelas: entre entusiasmo, preocupación y un futuro incierto

En un mundo donde la tecnología evoluciona a una velocidad vertiginosa, ChatGPT ha entrado en el sistema educativo como una tormenta silenciosa: invisible, pero imposible de ignorar. Maestros, estudiantes y padres están tratando de averiguar si se trata de una herramienta educativa revolucionaria o simplemente de un atajo que vacía el aprendizaje de su verdadera profundidad. Una cosa está clara: nadie puede quedarse indiferente.

Muchos profesores se sorprenden al descubrir lo bien que los estudiantes ya conocen ChatGPT —y cuánto dependen de él. Los estudiantes lo usan para tareas de escritura, resolver problemas matemáticos, traducir, formular respuestas, hacer presentaciones… lo que sea. Para ellos, es como tener otro compañero en clase, solo que éste está disponible las 24 horas, responde al instante y nunca juzga. Algunos profesores ven un verdadero potencial: ChatGPT puede ayudar con la escritura, dar retroalimentación inmediata, apoyar la práctica del inglés, profundizar la comprensión y enriquecer el conocimiento. Pero otros están preocupados: ¿qué pasa cuando los estudiantes dejan de pensar por sí mismos?

Por otro lado, la mayoría de los estudiantes no ve a ChatGPT como una herramienta para hacer trampa. Para ellos, es más bien una versión mejorada de Wikipedia: una que no solo explica, sino que también habla en su mismo nivel. Le hacen preguntas, afinan ideas, se preparan para exámenes o simplemente tratan de entender algo que el profesor no explicó claramente. Claro, algunos lo usan para copiar respuestas o entregar ensayos que no escribieron ellos mismos, pero ¿es eso tan diferente de pedir ayuda a un hermano mayor o buscar la respuesta en Google?

Las reacciones de los profesores son variadas. Algunos se sienten amenazados, especialmente cuando los estudiantes tienen más habilidades con la IA que ellos. Otros intentan adoptarla en el aula—pidiendo a los estudiantes que usen ChatGPT para responder a una pregunta y luego analizar o criticar la respuesta, compararla con los libros de texto o mejorarla. Estos profesores argumentan que no es un enemigo, sino un socio—y que es nuestra responsabilidad aprender a usarlo con sabiduría, al igual que cualquier otra herramienta que ha entrado al aula en los últimos cien años.

La gran pregunta es: ¿qué sigue? ¿Aprenderán los sistemas educativos a adaptarse a un mundo con IA accesible? ¿Se rediseñarán los exámenes, las tareas y los métodos de enseñanza para funcionar con ¿Con ChatGPT, en lugar de contra él? ¿Y podemos criar una generación que no solo sepa usar herramientas inteligentes, sino que también entienda cuándo — y por qué — es correcto usarlas?

Encuentro este tema fascinante. Realmente creo que, cuando se usa con sabiduría, la tecnología puede convertir el aprendizaje en algo más profundo, inteligente y personal. ChatGPT no tiene que ser un obstáculo que se interponga, sino una llave que abre puertas. El verdadero desafío es enseñar a los estudiantes —y a nosotros mismos— cómo sostener esa llave de la manera correcta.

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